La iglesia de Nuestra Señora del Buen Suceso, conocida comúnmente como iglesia del Buen Suceso, fue una modesta iglesia de Madrid que delimitaba la parte oriental de la Puerta del Sol. El templo se originó en una remodelación del Hospital Real de la Corte (construido en 1483). Hizo funciones de iglesia y hospital desde 1590 y su lonja fue lugar de reunión durante varios siglos. El reloj de la iglesia sería importante durante este periodo hasta que fue instalado uno de mejores prestaciones en la Casa de Correos. Su demolición coincidió con la desamortización de Mendizábal que dejó hueco a la ampliación posterior que se hizo en la Puerta del Sol.
En el año 2006, durante unas obras de ampliación del metro de Madrid, se encontraron restos arqueológicos de diversas partes del templo, que fueron restaurados y acondicionados para su visita.
Su origen se encuentra en un hospital itinerante que acompañaba a la corte española, el Hospital Real de la Corte, fundado por los Reyes Católicos en Baza en 1489. La misión de dicho hospital era la de atender las enfermedades y accidentes que ocurriesen a los cortesanos que rodeaban al Rey. El emperador Carlos V lo trasladó definitivamente a la incipiente ciudad de Madrid, mandando edificarlo fuera de los muros de la ciudad, junto a la Puerta del Sol. Su fundación está confirmada en 1529, en una bula del papa Clemente VII de 28 de enero de 1529, en la que tras nombrar Administrador, le reconoce facultades para reformar y dictar de nuevo cualesquiera píos estatutos y ordenaciones lícitas y honestas no contrarias a los Sagrados Cánones.
El hospital se construye en el área que había en la zona oriental de Puerta del Sol, hueco ocupado anteriormente por la antigua ermita y humilladero de San Andrés (otros autores mencionan la existencia de una parroquia bajo el título de Corpus Christi). La construcción se realiza con poca homogeneidad y esta característica hace que desde los comienzos sea un edificio muy necesitado de constantes reformas. Su acondicionamiento como local sanitario se va realizando lentamente y en 1561 se puede decir que el proceso de construcción del hospital ya está completo. Desde el punto de vista arquitectónico el acondicionamiento del modesto hospital no poseía ningún otro particular comparado con los dieciocho establecimientos sanitarios existentes en Madrid. No obstante, siendo una obra bajo el patronato real, no era de las peor dotadas. Los pobres materiales empleados en la construcción inicial pronto empiezan a ceder y esto supone una excusa para su renovación.
En 1587 Felipe II ordena una reducción hospitalaria en la villa de Madrid. En 1567 se derriban algunas tapias de la carrera de San Jerónimo y se confiscan casas colindantes que no hacen otra cosa que consolidar el área de la zona. La pequeña iglesia del hospital poco a poco va tomando funciones representativas de centro urbano. En 1590 los cimientos del edificio hospitalario dan muestras de debilidad. Felipe II encarga a la Junta de Policía de Madrid la construcción de una nueva iglesia y enfermería en el lugar del Hospital Real, nombrando para ello a Diego Sillero y a otros oficiales. Diego Sillero, junto con su padre, se habían dedicado a otros edificios de la villa, aunque dichos diseños saldrían del estudio de Juan de Herrera. Se procede a la demolición del antiguo edificio.
La muerte de Juan de Herrera, inspirador de la obra, provoca un retraso en la renovación. Las causas del retraso eran fundamentalmente económicas, existía una escasez de fondos que no permitían los gastos de una nueva edificación. La obra permaneció parada algunos años. En 1601 Felipe III decide trasladar la Corte a Valladolid. El arquitecto Francisco de Mora es recién elegido arquitecto mayor del Rey. En 1606 la Corte regresa a Madrid, evento este que reactiva la construcción de la iglesia. La obra de cantería se dedicaría a Agustín de Argüelles. No se sabe si fue la necesidad de atender al culto, o las nuevas demandas asistenciales, pero la construcción se aceleró. La iglesia se terminó en septiembre del año 1611. El altar mayor fue colocado en 1612 y se terminaron las capillas colaterales en 1628.
Tras ellas otras descripciones de diversos autores como Pedro de la Torre, Ruiz de Altable, entre otros. El espacio de la Puerta del Sol de Madrid queda dividido en el siglo xvii en dos: el oriental protagonizado por la lonja del Buen Suceso (que reúne la calle de Alcalá y la Carrera de San Jerónimo), y la parte occidental ocupada por el monasterio de San Felipe y la lonja (el denominado “mentidero”). El paso ancho que las unía correspondía al espacio de la Puerta del Sol. En 1695 se detecta que uno de los lienzos de la iglesia amenaza ruina. Se opta por ampliarla a costa de la lonja, aunque ello lleva consigo levantar una nueva fachada y modificar la cúpula. En la nueva fachada sobrevive, bajo un arco de medio punto entre dinteles, la antigua portada dórica con los escudos reales. La edificación se tuvo que adaptar a la forma trapezoidal de la parcela. La nueva iglesia se da por terminada en 1700.
Fuente: Wikipedia