España tiene un exceso de festivos obligatorios que bien se pueden dejar en cuatro, uno de enero, año nuevo, veinticinco de julio, Santiago Apóstol patrón de España, ocho de diciembre, Inmaculada Concepción patrona de España y veinticinco de diciembre Navidad.
El resto de festivos deben ser voluntarios o solo utilizando el tiempo necesario, bien con horas extras o utilizar los días de vacaciones. Tampoco los festivos que sean sábado o domingo deban trasladarse a otro día del calendario y deben dejarse en su día.